Pero la experiencia del salitre debería enseñar a cada chileno que "la gallina de los huevos de oro" no fue degollada por la intervención del interés público en la industria salitrera, sino por su ausencia". El senador Tomic, consecuentemente con estas afirmaciones, planteó en el mismo discurso: "Para la Democracia Cristiana, una política chilena del cobre debe abarcar cinco planos de acción fundamentales, no todos los cuales son susceptibles de ser resueltos con leyes; y para el éxito de tal política se debe contar, también, con la comprensión honesta e inteligente de la opinión pública y de gobiernos extranjeros. Ellos son:
- I.- El mundo entero como mercado para el cobre chileno.
- II.- La chilenización del comercio mundial de nuestro cobre.
- III.- La total refinación del cobre en Chile.
- IV.- La elaboración de un porcentaje razonable del cobre chileno que exportamos.
- 'V.- La chilenización de la gran minería".
Estos son los cinco puntos de la política cuprífera enunciados por el senador Tomic y que se consultaron en un proyecto de ley suscrito por los senadores de la Democracia Cristiana, incluso por el propio señor Frei. Sin embargo, por rara coincidencia, el senador Frei al plantear ahora los objetivos de la política del cobre sólo señala cuatro, sin mencionar "la chilenización de la gran minería". ¿Significa esto un cambio en la posición de la Democracia Cristiana, ocurrido después del triunfo del 15 de marzo?
Al omitir este punto, el planteamiento del señor Frei en nada difiere ahora del sustentado por el Gobierno del señor Alessandri y el Partido Conservador a través del ex Ministro de Minería, señor Enrique Serrano.